El Sol de México, Acapulco…Será que no me amas
A El Sol la edad le ha hecho mella, algunos desafines, pero él se empeña en patentizar una vitalidad donde los excesos, dice el dicho, cobran factura.
Es su segundo y último concierto en la Arena GNP Seguros en Acapulco, que ha tocado en una ciudad en reconstrucción después de las embestidas de los huracanes Otis en 2023 y John en este 2024.
Es noche de domingo 17 en la Zona Diamante, la noche es bastante calurosa pese a que en muchos ayeres en esta temporada ya las noches eran frescas.
En la taquilla del estadio todavía algunas y algunos fans compraron boletos, que los más económicos rondaron en los 8 mil pesos. Trascendió en el cotilleo que tuvieron que ser rebajados para poder llenar el estadio.
Como sea, Luis Miguel, que en la siguiente quincena finalmente cierra su tour calificado de exitoso y que arrancó en 2023, culmina el 30 próximo en la Estadio GNP Seguros, Viaducto Río de la Piedad, Granjas México, Alcaldía Iztacalco, recinto que tiene la capacidad para 65 mil 500 personas.
La Arena GNP Seguros de Acapulco tiene una capacidad para 10 mil espectadores; se pudiera decir que a vuelo de pájaro el de la Incondicional reunió a 6 mil o 7 mil a lo sumo.
Su banda, que de acuerdo con notas de espectáculos, desde hace más de 30 años, lo acompañan, él ya en sus 54 años, se empeñó en mostrar vitalidad moviendo la pelvis hacia atrás y adelante, arrancando euforia del público femenino.
Con un escenario sencillo, sin tanto artilugios digital, salvo que Luis Miguel no rehuye al uso de la tecnología, es que paisajes tropicales, luces azules, rojas, rosas, enmarcaron el fondo donde El Sol de México se desplazaba de un extremo a otro del escenario, lo cual el respetable agradeció esa vitalidad y le respondía con ovación.
El opening arrancó con imágenes de un joven Luis Miguel, el playlist Será que No Me Amas, Amor, Amor, Amor, Suave, Culpable o No, Te Necesito, Hasta Que Me Olvides, Dame, Por debajo de la Mesa, No sé tú, Cómo yo te amé, Somos Novios…” y así, sin pausas, sin un mensaje para Acapulco, en una hora y media, solo algunos besos, guiños y con una petición de que se pusieran de pie para bailar La Chica del Bikini Azul, cerró su noche y a pesar de que le pidieron otra, otra, al final, solo se devolvió para lanzar besos.
Al concierto asistieron personas con alto poder adquisitivo, jóvenes adolescentes que coreaban los éxitos de un cantante que tuvo una vida llena de tribulaciones, según la bioserie que está en la plataforma Netflix, pero que fincó su vida en un Acapulco que ya no es; hoy desgastado en imagen, problemas de inseguridad y replanteando qué presente y futuro retomar.
